Partiendo de la base de que en ese trámite no se nos va a permitir introducir nuevamente hechos que debieron formar parte del trámite inicial de alegaciones ni fundamentación jurídica/jurisprudencia, las alegaciones finales o conclusiones no se deben memorizar ni preparar de tal forma que vayan a ser reproducidas literalmente durante nuestro alegato. Además de lo anterior, huelga decir que en el juicio laboral es imposible tener redactadas nuestras conclusiones habida cuenta la inmediación y oralidad que rige en la jurisdicción social.
Podemos tener prevista la valoración de algún medio probatorio que ya esté incorporado al procedimiento (tales como documentos aportados anticipadamente o el expediente administrativo), pero es imposible adelantarnos al resultado de la prueba practicada en el acto de la vista. Por ello, debemos preparar un esquema que nos facilite el guion de lo que queremos dejar claro en nuestro resumen y que, en caso de un hipotético bloqueo o de un “cambio de paso” por parte del Juez, nos va a permitir retomar ese guion en el punto en el que había sido interrumpido; estamos hablando de un discurso improvisado previamente esquematizado y sustentado en una profunda preparación y conocimiento del caso.
Procedo a transmitir algunos consejos para afrontar de forma exitosa el trámite de conclusiones.
Cuando valoremos documentos, remitámonos al número que ocupa el ramo de prueba que corresponda, bien de la parte demandante o de la parte demandada. Ayudaremos al Juzgador a dirigir su valoración hacia los aspectos que le estamos resaltando.
Esquema para elaborar las conclusiones
Primero ¿Qué voy a decir?
A incluir:
– Hechos, prueba de los hechos, argumentos.
A excluir:
– Los juicios de valor, las opiniones, las afirmaciones y conclusiones, incluso jurídicas, no avaladas por una prueba.
Segundo ¿Cómo lo voy a decir?
Nos centraremos en los hechos que han sido fijados como controvertidos en el procedimiento y hablaremos de su acreditación, o no, en relación con los medios de prueba que se han practicado.
Tercero. Partes del informe oral:
a) Exordio; prescindible en el juicio laboral. Es una brevísima introducción que puede servirnos para apelar a la situación personal de nuestro cliente o a las especiales características del asunto. Podemos utilizarlo también al final de las conclusiones, a modo de epílogo.
b) División; podemos prescindir de esta parte del informe, teniendo en cuenta la celeridad que rige en el procedimiento laboral: “Comenzaremos con una exposición de los hechos relevantes que han quedado acreditados para, acto seguido, realizar un examen crítico de la prueba practicada y, finalmente, concluir exponiendo nuestras conclusiones”. Nos sirve para avisar al juez de forma esquematizada sobre lo que vamos a hablar.
c) Exposición; supone el arranque de nuestras conclusiones. Podemos aprovechar esa “previa elevación a definitivas de nuestras alegaciones” para centrar los términos del debate jurídico con energía y seguridad. No conviene prescindir.
d) Argumentación; valoración de pruebas. Básico y no prescindible. Esencial para valorar la prueba y para persuadir al juez. Centrémonos en llamar la atención del juzgador sobre el resultado de las pruebas, inclinando la balanza del lado de la acreditación de la tesis defendida por nuestra parte.
En esta fase tendremos que modular el tono y enfatizar, haciendo pausas breves de vez en cuando.
Comenzaremos con una valoración potente para intercalar con una débil y otra fuerte. Debemos seguir un orden cronológico.
Podemos aprovechar también para refutar los argumentos contrarios, adelantándonos al informe de la contraparte.
e) Conclusión y, en su caso, epílogo. “Por todo lo expuesto, solicitamos del Tribunal una sentencia favorable a nuestros intereses …”
Respecto al LNV
Primero. Modulemos la voz para generar sensaciones en el auditorio.
Segundo. No se puede leer. Genera una impresión nefasta.
Tercero. Tono. Evitemos la monotonía en la voz. Si queremos enfatizar algo concreto, elevemos ligeramente el tono, de este modo lograremos que el Juez preste atención a nuestro discurso.
Cuarto. Buena utilización del lenguaje no verbal. Conviene gesticular mientras realizamos la exposición. Es interesante mover las manos con movimientos suaves y abiertos para enfatizar nuestros alegatos:
– Miremos al frente, tanto al Juez como a la contraparte. No bajemos nunca la mirada.
– Mantengamos espalda y hombros erguidos.
– Manos sobre el estrado, siempre a la vista y ayudándonos a ocupar espacio.
– Intentemos, en la medida de lo posible, desarrollar conductas imitativas que generen afinidad con el Juzgador mientras interpretamos las conclusiones.
Es absolutamente recomendable haber realizado simulaciones de juicios, ya que es la única forma en la que el abogado/graduado social va a asimilar lo que es un juicio, y no por haberlo visto, sino por haberlo interiorizado y celebrado él, adquiriendo una inestimable experiencia, capacidad de improvisación y tomando conciencia de sus propias capacidades en sala.
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