Orígenes de la palabra «Testificar»

Existen varias versiones sobre el origen de la palabra testificar.

La primera de ellas, y la más evidente,  es la derivación del latín a nuestro idioma. Proviene de testigo y está a su vez viene del antiguo íbero “testiguar”, el cual viene del latín testificare. “Testificare” está compuesto de testis (testigo) y facere (hacer). Resulta extraño, no obstante, porque se cambió «testigo» por «testificar». Por este motivo ha habido tanta controversia respecto a su origen.

La segunda aceptación viene de testículos. También tiene sentido, ya que “testículo” viene de “testiculus” compuesto de “testis” (testigo) y el sufijo “culus” que es usado como diminutivo. Así que los testículos son los “pequeños testigos”. El caso es que según esta versión, en Roma como no tenían una Biblia en la que jurar verdad, se agarraban los testículos con la mano derecha y de esta costumbre deriva la palabra testificar.

La tercera versión es la más curiosa, y nos dice que cuando se iba a investir Papa a un Cardenal, se debía de someter a una prueba,  realizada por otro Cardenal, que había pertenecido también al Cónclave, y que era nombrado para tal. La prueba consistía en agarrar al futuro Papa de los testículos para verificar que el nuevo Pontífice era un hombre, ya que, al igual que en la actualidad solo puede recaer tal cargo en un varón.