No cabe duda de que un contrainterrogatorio suele ser una situación complicada, ya que tenemos que enfrentarnos a la hostilidad del testigo propuesto por la otra parte, pero ese enfrentamiento puede darse también cuando el interrogatorio es directo, es decir, cuando le preguntamos al testigo que hemos propuesto, dado que, en algunos supuestos, nos vemos obligados a solicitar la testifical de una persona cuyo interrogatorio se antoja hostil hacia nuestros intereses para cumplir con nuestro deber probatorio.
He aquí algunos consejos, basados, como siempre, en la experiencia:
1 – Claridad de objetivos
Al interrogar a un testigo hostil, debemos tener claro un doble objetivo: poner en duda su credibilidad, siempre que sea posible, por supuesto, y tratar de que reconozca algún punto de la posición que defendemos.
2 – Atacar la credibilidad del testigo
El objetivo en este caso será cuestionar la información suministrada por el testigo a fin de minar la confianza que su testimonio puede ofrecer al juez. Para ello, habremos de cuestionar la percepción del testigo apelando a las circunstancias concurrentes (defectos sensoriales de percepción, circunstancias externas tales como la hora, luz, etc.).
3 – Tacha tácita del testigo
Si en el apartado anterior nos centrábamos en las circunstancias físicas y sensoriales de la declaración del testigo hostil, en este punto tercero llamamos la atención sobre la posibilidad de sacar a colación a través de nuestro interrogatorio cuestiones personales de las que se pueda inferir un interés del testigo en el resultado del litigio. Una vez realicemos la pregunta en cuestión y obtengamos la respuesta deseada, finalizaremos el interrogatorio, procediendo a pedir que no se valore dicho testimonio (ex artículo 376 LEC).
4 – Evidenciar contradicciones
Es fundamental encontrar las contradicciones del testimonio del testigo, especialmente si han declarado otros testigos antes que él, pues de este modo podremos incidir en ello en el trámite de conclusiones.
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5 – Interrogatorio temático, en lugar de cronológico
Durante el interrogatorio, saltaremos de unos temas a otros, de forma que el testigo tenga que ocuparse de resolver aquellos aspectos inconsistentes de su declaración sin darle opción de controlar el interrogatorio.
6 – No enfrentarnos nunca con el testigo
Podemos dirigir el interrogatorio hacia un punto de tensión entre el abogado y el testigo, pero siempre de forma controlada y sin perder el respeto.
7 – Escuchemos y anotemos
Escuchemos detenidamente al testigo y anotemos sus respuestas.
8 – Controlar el lenguaje no verbal
Controlemos nuestra postura mientras preguntamos, siempre erguida, la mirada (manteniendo siempre el contacto visual), el movimiento de las manos para enfatizar y controlar, empleo adecuado de los silencios, etc.
9 – Cómo preguntar
Las preguntas cerradas deben ser la prioridad en la declaración del testigo hostil.
9 – Elementos paraverbales
Un ritmo rápido en el interrogatorio impide que el testigo se piense demasiado la respuesta, mientras que un ritmo lento y pausado permitirá que el testigo se explaye y encuentre vías de escape. Ritmo lento equivale a tranquilidad para el testigo; ritmo rápido supone mayor tensión y exigencia. El testigo hostil requerirá una combinación de ritmos, si bien, cuando se trate de atacar las contradicciones o falsedades, tendremos que emplear el ritmo rápido.
10 – No preguntar si no sabemos lo que va a responder:
“no hay más preguntas, Señoría”.
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Muchas gracias Maribel. Impecable.
Gracias Esther. Un abrazo
Muchas FELICIDADES María Isabel. De gran utilidad los consejos. Gracias
Muchísimas gracias por tus palabras Jorge.